SEGUIMOS CAMINANDO

¡Mañana terminamos la formación de los jóvenes y podemos decir que, hasta el momento, ha sido todo un éxito y un regalo poder compartir tantas cosas con ellos!

Han participado casi 30 jóvenes de esta semana de formación en la que, además de realizar los juegos, dinámicas, talleres y actividades que realizaremos con los niños, han podido trabajar más en grupo, conocerse, valorar las opiniones de los demás, aprender a ponerse de acuerdo, comparar maneras de pensar, profundizar más en valores, desarrollar su creatividad y fomentar en ellos las ganas de aprender, de enseñar, de trabajar en grupo y de valorar todas las capacidades que tienen ellos dentro.

Haremos la clausura de esta semana el domingo en la misa de las 8:30. Será la misa de envio de la primera promoción de monitores para los primeros campamentos urbanos de La Argelia. Desde la solidaridad de los dehonianos de España, hemos traido camisetas del lema "Contigo" que entregaremos a todos los monitores ese mismo día. 

Seguimos hacia delante, remando y caminando, con ilusión y ganas. Algunos nos preguntan por cómo vivimos o dónde estamos. Os contamos un poco. Vivimos en una casa de voluntarios que los Scj construyeron aquí enfrente de la parroquia hace unos años. Es una casa bastante completa, tiene 3 habitaciones, un baño, un baño con ducha y una cocina con varias mesas, utensilios, etc. También tenemos una lavadora en la parte superior de la casa con una pequeña terraza para tender, pero ahora estamos tendiendo dentro de la casa debido al tiempo que hace, ya que hay chubascos casi todos los días. Aquí en quito amanece a las 6:30 de la mañana y anochece a las 18:30 de la tarde, por lo tanto la "vida" empieza mucho antes de lo que estamos acostumbradas en España. Al principio nos costaron los horarios pero ya somos totalmente Quiteñas. 

Al final las diferencias están donde uno quiera ponerlas. Hay autobuses, alimentadores que son como nuestros metros más o menos, pequeñas tiendas de alimentación... y la gente sonríe igual o incluso más, tienen la misma ilusión o incluso más y en vez del euro tienen dólares. ¿La diferencia? Donde la queramos poner. En las 3 paredes que tienen en vez de 4, en la sencillez de jugar en la calle o con una peonza en vez de con mil dispositivos electrónicos, en llevar la ropa que sea con tal de que abrigue y no lo que más cuesta o lo que más luzca y en calentarse un poco de leche en cocina de carbón con la mayor paciencia del mundo. ¿Y sabéis qué? Que aquí la gente se desvive por ayudar al resto, cocinan por las noches para darles comida a la gente que no tiene, donan panes, hacen pescado, arroz, lo que sea para darle a las familias que no tienen y sacan a sus familias adelante y son los primeros que dan palmas a la mínima cosa que haya que celebrar, eso sí que es celebrar la vida.

Ahí está la diferencia, ahí.