Ya en casa, feliz de ver y estar con mi familia e intentando poco a poco
asentar todo lo vivido, que ha sido mucho. Cuando uno vuelve es
imposible que todo vuelva a ser "normal", esa frase de "intentando
volver a la normalidad", no se puede dar. Me siento feliz, muy feliz.
Sin saber por qué, cómo y sin esperarlo, me he sentido palabra para
tanta gente que necesitaba escucharla, me he sentido ternura y cariño
entre personas realmente heridas y auténtica vela, ya ecuatoriana, para
avivar y multiplicar la luz de tanta gente con miedo o pereza de
alumbrar. Todo esto con la mejor compañera de este camino y misión que
podría tener, Paula.
Con mucho que decir, con mucho que compartir y compartirme y con parte de mí allí, en La Argelia.
Noelia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario